martes, 2 de marzo de 2010

CIUDADES... PERSONAS... AMORES QUE NACEN EN EL CAMINO

CIUDADES Y CORAZONES A LOS QUE DEBO VOLVER...



En este caminar titiritesco he ido conociendo lugares y personas que han significado mucho para la buena realización de esta gira Ititirenante. Comenzó con Bahía Blanca, en argentina, luego Posadas y Puerto Iguazú en el mismo país. Y en Brasil he recibido el cariño y el reconocimiento a mi trabajo en las ciudades de Cascavel, Estado de Paraná, y en Uberaba, Estado de Mina Gerais.

Ya he contado en este blog sobre Bahia Blanca y sobre Misiones. Pero me ha faltado Puerto Iguazú, y no ha sido por desinterés o despreocupación, sino por escasa accesibilidad a internet con tiempo suficiente para escribir. ahora mismo sólo puedo hacerlo y agregar nada más una foto. Pero ya encontraré el tiempo y el lugar para profundizar esta crónica.

Sobre Puerto Iguazú sólo puedo decir una cosa: Paracultural de la Selva, el lugar que encierra todo lo que Puerto Iguazú significó para mi. Nada del consumista paisaje de una ciudad fronteriza multicultural o de su archipublicitado boom d elas cataratas. El Paracultural de la Selva es el centro, el corazón, de Iguazú que yo tengo registrado en mi bitácora íntima y emocional. Allí hay paz, arte, amistad y sueños cumplidos y por cumplir. Y en esa isla urbana dentro de la mole encementada de la ciuada está Bibi Feldman, con su energía, sus ratos neutros, sus dolores y sus placeres, y sobretodo su tremendo corazón generosos y solidario para quienes hacemos de la vida un tiempo que no puede pasar sin pellizcarle el culo a la inhumanidad que por estos tiempos nos rodea.

Al cruzar la frontera, entrando a Brasil llegué a Cascavel, y su nombre me atrajo y no me equivoqué. Allí conocí a Marlene, directora y sostenedora de los Colegios Expressão. Ella y su pareja vieron que mi trabajo podía ser bueno para sus alumnos y me pidieron una función, luego de ella insistieron en que debía quedarme y visitar sus otros establecimientos en Foz de Iguazú y santa Teresa. Así que me brindaron el hospedaje en la misma escuela y me permitieron seguir avanzando en este titiritear por Nuestramérica.Me despidieron con una Cena maravillosa y con el cariño y el interés de que regrese nuevamente a visitarles.

Y llegue a Uberaba, motivado por la invitación de un amigo que conocí en Foz de Iguazú. Venía por dos días y me he quedado dos semanas. Roberto me llevó a su casa, allí conocí a su compañera Claudinha. Ellos abrieron su hogar y su corazón a este titiritero errante y m,e han acompañando en esta estancia en Uberaba. Aquí conocí a los niños y niñas de la Escuela para Sordos "Dulce de Oliveira", gracias al interés de sus docentes y coordinadores llevé el teatro de muñecos a su mundo de silencio. Una experiencia maravillosa que me abre nuevas puertas. Y los docentes me piden además un taller de tres clases para aprender técnicas básicas de Gestualidad Dramática (Pantomima y Exp. Corporal). Así me integro por una semana al quehacer de esta Escuela. Y la fundación cultural de Uberaba me ofrece libremente la Sala de Teatro experimental para realizar una presentación completa a la comunidad en su semana de aniversario.

Es así como he ido concretando ciudades, personas y amores en este camino. Amores humanos, de esos que no se mezclan con lo mundano del interés o del líbido, sino con la esencia de lo íntimo y lo sagrado que nos hace diferentes, aquellos que nos permite identificarnos como personas alejadas cada vez más de la prehistoria humana donde la violencia, el egoismo y la discriminación persisten.

Estas ciudades, estas personas, estos amores han hecho que mi viaje valga el esfuerzo de cada minuto vivido, cada paso dado, cada obstáculo vencido, cada abrazo entregado, cada sonrisa de niño y de niña recibido, cada dia y cada noche del camino.

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