Pero si aquellos que me preguntan vieran las caritas de los miles de niños y niñas que han visto mi trabajo, en cientos de lugares de Chile y el extranjero. Si escucharan sus risas, sus gritos entusiastas, si vieran el rostro de hombres y mujeres seducidos por la magia de los muñecos. Si pudieran sentir en su piel la emoción y la energía que en cada función se desborda, entonces entenderían qué quiero decir cuando les respondo: "Soy Titiritero".
Hace 25 años que los títeres y las marionetas forman parte de mi vida, algunos de esos años con menor intensidad que otros, pero siempre presentes. Ellos me han hecho descubrir universos fantásticos dentro de mí mismo, y han develado en otros sus propios universos. He visto a niños y niñas expresar al máximo su alegría y su fantasía. He visto emocionarse a adultos y he compartido con jóvenes sus problemas a través de los muñecos. He "escuchado" la alegría silenciosa de niños y niñas sordos que agitan sus manos mostrando la alegría y la emoción de ver a los títeres. He visto nacer hermosos muñecos en las manos de personas marginadas del entorno social "normal" por ser mentalmente "diferentes".
Tengo mi título universitario como Diseñador Gráfico, mis Diplomados en áreas afines, mis conocimientos idiomáticos, mis años de servicio profesional en varios lugares, mi "curriculum" formal... sin embargo, al preguntarme "Qué hago para vivir", inevitable y gozosamente respondo "Soy Titiritero".
Tengo mi título universitario como Diseñador Gráfico, mis Diplomados en áreas afines, mis conocimientos idiomáticos, mis años de servicio profesional en varios lugares, mi "curriculum" formal... sin embargo, al preguntarme "Qué hago para vivir", inevitable y gozosamente respondo "Soy Titiritero".
Ayer domingo, en el Museo Regional de La Araucanía, como cada fin de semana tuvimos otra función. El cascarrabias pero seductor René nuevamente presentó la obra e hizo reir a grandes y chicos, luego fue el turno de Omar el Cocinero y el Gato Bigotes que con su juego de persecución y escondidas hicieron que la sala retumbara con los gritos y risas de los niños y niñas. Y al final, cuando salgo a agradecer y saludar, veo las miradas dulces y llenas de magia que esos pequeños tienen. Y veo en los papás la sonrisa de haber tenido un momento distinto, mágico, familiarmente entretenido... y dentro de mí vuelve a aparecer la pregunta: ¿Qué haces para VIVIR?.... Soy Titiritero.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario