lunes, 5 de noviembre de 2012

TITERIKE EN COCHABAMBA, BOLIVIA


Quisiera no haberme demorado tanto en escribir esta nota sobre el viaje de TITERIKE a Cochabamba, pero son tantas las emociones y las experiencias allí vividas que fue necesario dejar reposar un poco las ansias y así escribir con más lucidez y objetividad sobre lo vivido durante una semana en Bolivia.

El viaje se gestó por iniciativa y voluntad de un gran amigo, el Padre Pablo Sykora de la Orden de Melynor, que durante mucho tiempo ejerció su trabajo pastoral en nuestra región y que ahora está radicado en Cochabamba, en el Barrio de la Vera Cruz, zona de la periferia de la ciudad.

Fue una gran y valiosa gestión la de Pablo, y gracias a ella pudimos llegar desde Temuco hasta la gran ciudad de Cochabamba, viajando en bus y en avión durante casi 36 horas.

Una vez en la ciudad disfrutamos de la hospitalidad y la amistad gigante de Pablo y de sus amistades que comparten con él el trabajo pastoral en la parroquia de la Santa Vera Cruz. Un lugar donde se da apoyo escolar a niños y niñas, además de almuerzo y actividades formativas y recreativas, todas ellas bajo la atenta supervisión de Jhoanna, una bella y muy simpática nueva amiga que hemos hecho.

Estuvimos realizando varias presentaciones en diferentes lugares, asi como talleres para jóvenes y adultos. Conocimos la obra que realizan los Melynor allí, especialmente el trabajo de Pablo y el del Padre Pancho donde también estuvimos con nuestros títeres.

Conocimos los avances del Centro de Investigación agropecuaria de la Universidad San Simón, sus huertos libres de pesticidas y transgénicos, sus criaderos de cuyes, etc.

Conocimos también el trabajo del Padre Guillermo, un sacerdote jesuita quechua, en el Santuario de la Vera Cruz. Allí también compartimos funciones y talleres con sus jóvenes de catequesis.
Y el tiempo para el turismo no faltó, y viajando en el “Herbie” del Padre Pablo, un VW escarabajo a todo terreno, llegamos hasta Tarata, ciudad cuna de varios presidentes de Bolivia. Un lugar que mantiene calles y rincones de la Bolivia colonial. Probamos también deliciosos pescados, como el Surubí y el chicharrón de Tacú, en un restorán caminero propiedad de otro nuevo amigo, un paracaidista y empresario boliviano que nos relató tantas y entretenidas anécdotas que hicieron muy ameno nuestro almuerzo.

De todo lo vivido en esos días, quizás lo que más llena el corazón es recordar las sonrisas y el cariño de los cientos de niños y niñas que disfrutaron nuestro espectáculo. Sus risas, sus gritos, sus abrazos después de la función, la curiosidad que brillaba en sus ojitos cuando veían nuestros muñecos, el asombro y la gratitud que mostraban nos llenó el alma de alegría.

Estas experiencias refuerzan y fortalecen nuestra voluntad de seguir en este amado oficio, Y personas con Pablo Sykora, que creen en estas artes y se esfuerzan por compartirlas con los suyos nos renueva la fe en las personas y en su afán por cambiar este mundo hacia uno mejor, más justo, mas solidario y más feliz. Especialmente hacia los niños y las niñas.

Todo nuestro amor y gratitud para Pablo, para Jhoanna, para los sacerdotes Alejandro, Guillermo  y Francisco, para los profesores y profesoras que conocimos en Cochabamba, a los amigos y amigas nuevos y en especial a todos los niños y niñas que esperamos pronto volver a ver.

Larry Malinarich
Director TITERIKE
Nov. 5 - 2012








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